MONTEVIDEO (Américas) - El baloncesto de América está de luto ante el fallecimiento a sus 90 años de edad del uruguayo Mario Hopenhaym, miembro del Salón de la Fama FIBA como Oficial Técnico.

Tras su corta carrera como jugador en Tabaré, Hopenhaym decidió seguir su camino en el basquetbol desde otro lado, en lo que quizá fue la decisión que le cambió su vida. Debutó como árbitro en 1955 y estuvo en forma ininterrumpida hasta 1984, siendo referente para muchas generaciones.

Su estreno como árbitro FIBA fue en 1963 y su retiro en 1984, por más que siempre siguió ligado, enseñando y compartiendo su trayectoria para buscar crecer y mejorar. Estuvo en los Juegos Olímpicos de 1964 (Tokio) y 1968 (México), además del Mundial Masculino de 1967 (Montevideo) y los Femeninos de 1971 y 1975. Una infinidad de Sudamericanos tiene en sus espaldas y fue el primer árbitro no europeo en estar en una Eurocopa (1967 en Moscú).

Su pasión por el arbitraje y por el progreso lo llevó a siempre estar pensando en la innovación, lo cual fue de gran ayuda para el basquetbol Uruguayo. Fue Instructor de FIBA para Jueces Internacionales durante 24 años, de 1981 al 2005 y también miembro de la Comisión Técnica de FIBA de 1984 a 2006. Dentro de su trayectoria fuera de las canchas se destaca el haber sido Comisionado Técnico en 4 Juegos Olímpicos consecutivos: Barcelona (1992) Atlanta (1996) Sydney (2000) y Atenas (2004).

Por su gran aporte, FIBA lo nombró como Juez Honorario y FIBA Américas lo tiene como Miembro Honorario, mostrando la grandeza de un hombre que siempre trabajó por y para el crecimiento del basquetbol en Uruguay y América.

En el 2007 fue nombrado al Salón de la Fama FIBA como Oficial Técnico.

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