FIBA Basketball

    Gustavo Ayón, el faro que guió a México hacia la gloria

    En el recuerdo del éxito conseguido por México en el Torneo de las Américas de 2013, tiene mucha fuerza la imagen de un sólido juego colectivo ideado por el entrenador Sergio Valdeolmillos y ejecutados por

    En el recuerdo del éxito conseguido por México en el Torneo de las Américas de 2013, tiene mucha fuerza la imagen de un sólido juego colectivo ideado por el entrenador Sergio Valdeolmillos y ejecutados por los jugadores. Sin embargo, es imposible imaginar aquella conquista sin la presencia de un deslumbrante Gustavo Ayón.

    “Gustavo ha sido para México y para el baloncesto de su país alguien muy importante. En países con una cultura deportiva más desarrollada, Ayón tendría un reconocimiento mucho más grande que el que tiene. En el deporte mexicano deben avanzar para darle la valía y el cuidado a jugadores como Gustavo, que no surgen a menudo. Él tiene una enorme capacidad de liderazgo fuera de la pista y también al momento de jugar. Es muy generoso y no busca anotar sus puntos, sino ayudar a sus compañeros y hacerlos mejores con las cualidades que tiene. En 2013 Ayón fue fundamental para México, que necesitaba una referencia como la suya en el juego interior”, analiza Valdeolmillos desde España.

    Como indica el coach español, la presencia de Ayón en el Premundial de Caracas en 2013 fue imprescindible como faro para un grupo que logró funcionar, por primera vez en mucho tiempo, como un verdadero conjunto y no como un cúmulo de individualidades. Así lo recuerda el actual jugador del Zenit de Rusia, desde San Petersburgo: “Mis compañeros confiaban plenamente en mí, tanto dentro como fuera de la cancha y mi objetivo siempre fue cuidarlos en ambos aspectos, que estuviéramos 100% concentrados en cumplir nuestro sueño que era obtener ese boleto al Mundial de España 2014 para México, después de 40 años”.

    El pivote nacido en Nayarit, de 28 años en aquel torneo donde México consiguió su única medalla dorada en el máximo torneo continental, ya había disputado un par de campeonatos de América: el Preolímpico de 2007 y el Premundial de 2009. En ambos había mostrado un buen nivel, sobre todo en el segundo, en el que promedió 10,4 puntos, 9,4 rebotes y 2,8 asistencias por partido. En Caracas, sin dudas, llegó a su pico de rendimiento con el seleccionado. “Personalmente fue un extraordinario torneo. Mi sentir era que esta estaba en uno de mis mejores momentos con la selección y no podía perder esa gran oportunidad de sacarle el máximo provecho a esa sensación. Cuando terminó el torneo, estaba sumamente feliz de haber logrado un objetivo más que me había puesto en mi carrera”.

    El recorrido de México en aquel magnífico torneo de 2013 comenzó con una victoria sobre el anfitrión Venezuela por 65-56, con 22 puntos, 18 rebotes, 4 asistencias y 4 tapones de Ayón. Es evidente que el astro nayarita se había enfocado de un modo especial y dispuesto a llevar a su equipo mucho más lejos de lo esperado. El camino de Gustavo continuó con 14 puntos en apenas 14 minutos del holgado triunfo 87-65 sobre Paraguay, 16 puntos y 8 rebotes en el contundente éxito 85-61 sobre República Dominicana y 19 puntos y 10 rebotes en la dura derrota 98-78 ante Argentina para cerrar la primera etapa del campeonato.

    La segunda fase comenzó con otra caída de los mexicanos, esta vez 89-67 frente a Canadá, aunque Ayón volvió a lucirse con 19 puntos y 11 rebotes. Luego, los de Valdeolmillos retomaron la senda victoriosa y el pivote mantuvo su desequilibrante aporte: 17 puntos en el 87-73 a Uruguay y 19 en el 100-89 a Jamaica. Los 5 puntos y 8 rebotes en el 66-59 sobre Puerto Rico se debieron a los apenas 11 minutos que el pivote estuvo en cancha.

    En el resonante triunfo 76-70 contra Argentina en semifinales, Ayón volvió a mostrar su mejor versión: 24 puntos, 12 rebotes y 3 asistencias. Dominó el juego interior y se erigió como la gran figura del encuentro. Y en la final, tuvo su cierre de oro: 20 puntos, 16 rebotes, 3 asistencias y 2 tapones en la victoria 91-89 frente a Puerto Rico.

    En síntesis: 17,5 puntos (tercero en la tabla de líderes del campeonato), 9,2 rebotes (cuarto en el ranking del torneo) y 1,4 tapones por partido (el mejor del certamen). Con esas estadísticas y la medalla dorada en el pecho, Ayón se llevó el premio al jugador más valioso. “El premio al MVP fue un reconocimiento al trabajo en equipo, porque si cada jugador no se hubiera entregado a sus compañeros en la duela y viceversa, no habríamos obtenidos los resultados que nos planteamos en conjunto. En ese momento se lo dediqué a mi hijo Álvaro y estaba muy feliz por haberlo recibido, ya que eso significaba que, como selección, habíamos cumplido nuestra meta”, dice el pivote mexicano.

    A pesar de esa maravillosa actuación, Ayón no está convencido de que haya su mejor participación con el seleccionado mexicano: “Sería muy injusto porque en el Centrobasket de Nayarit y en el Mundial de España, ambos en 2014, también mostré un muy buen nivel. Sin embargo, el FIBA Américas de 2013 siempre lo recordaré como algo muy especial, porque muchas personas de los medios de comunicación y del mundo del básquetbol no creían que teníamos posibilidades de ganarlo, pero en nuestra mente siempre nos sentimos campeones, pues creíamos en nosotros como equipo”.

    México abrazó la gloria de América por única vez en su historia en 2013. El primer nombre que se viene a la mente de cualquiera que busque recordar ese torneo es el de Gustavo Ayón. El nayarita merece ese reconocimiento.

    Pablo Cormick
    FIBA