México se quedó con el bronce
CÓRDOBA (FIBA AmeriCup 2017) - México derrotó a Islas Vírgenes 79-65 y se quedó con la medalla de Bronce de la FIBA AmeriCup 2017.
CÓRDOBA (FIBA AmeriCup 2017) - México derrotó a Islas Vírgenes 79-65 y se quedó con la medalla de Bronce de la FIBA AmeriCup 2017. Los aztecas dominaron todo el trámite y cerraron la competencia con un registro de 4 triunfos y una derrota. Para los isleños fue un torneo más que positivo, teniendo como punto más alto su estreno ante Canadá. Francisco Cruz fue la gran figura de un equipo que contó con buenos pasajes de Garibay, Hernández y Jorge Gutiérrez.
El primer cuarto fue todo para México. El equipo corrió la cancha y obligó a su rival a tomar malos tiros. La solidez en la captura de rebotes defensivos era su principal arma ofensiva. Salidas rápidas generalmente tomaban mal parado a su rival. En 6 minutos, llegó a tener una máxima de 14 (18-4) cerrando el cuarto arriba por 13 (20-7). Lorenzo Mata en defensa y Cruz en ataque eran lo mejor en el ganador.
Todo parecía seguir igual, y tras doble de Girón la renta aumentó a 15 (22-7). Fue allí donde los isleños cambiaron y tomaron mejores opciones en ofensiva. Edwin y Jones atacaron bien, así llegaron a colocarse a un doble tras un parcial de 15-2 en apenas 4 minutos. De hecho tuvieron la chance de igualar pero no lo hicieron y México no perdonó. Fue el momento de Garibay en el partido. Con nueve puntos seguidos llevó el aire y nuevamente la ventaja de 13 (39-26) para irse al descanso con otra tranquilidad.
Más allá de una reacción que procuró tener Islas Vírgenes, con Hodge tomando mejores opciones ofensivas, México controlaba las acciones con Cruz como exponente ofensivo. Una vez más los aztecas lideraban y tomaban la máxima de 16 (58-42) siendo Hernández otro de los hombres que sacaba rédito en la zona pintada. Ese tercer cuarto de todas formas fue parejo, pero la diferencia seguía siendo de 12 para los aztecas (61-49).
El inicio del último cuarto fue para los isleños. Corrió con Hodge y provocó errores en la ofensiva de un equipo que dependía mucho de su armador Cruz. Un rápido 8-1 lo puso en el juego nuevamente (62-57). Sin embargo, nunca pudo consolidar la reacción. La diferencia en la toma de rebotes fue clave en el cierre del juego. La conducción de Gutiérrez, sumado a lo que hizo Cruz le dieron la posibilidad a México de ganar y colgarse la medalla de bronce.
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