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22 - 30
September 2019
28/09/2019
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A todo vapor los preparadores físicos del Americup para tener a sus jugadoras al 100 por ciento

SAN JUAN (Puerto Rico) - Si bien es cierto que las estrellas absolutas del FIBA AmeriCup Femenino son las jugadoras, hay un elenco de apoyo que hace posible que estas rindan a su mayor capacidad. Nos referimos a los preparadores físicos, fisioterapistas y entrenadores atléticos que trabajan día a día tras bastidores para que sus selecciones luzcan impecables en la cancha.

Estos profesionales tienen múltiples responsabilidades que comienzan mucho antes de los partidos, preparando a sus jugadoras durante las prácticas y atendiendo lesiones. El trabajo se extiende hasta muchas horas luego del concluido el partido, cuando comienzan el proceso de recuperación para el próximo día. Esto resulta crítico en un torneo como el FIBA AmeriCup Femenino, donde se juegan hasta 6 partidos en 8 días.

“Somos responsables de la salud y del bienestar de las jugadoras para que puedan rendir mejor”, dijo Ed Ryan, entrenador atlético de USA Basketball por 36 años. “El Equipo Nacional ha sido muy exitoso y he sido muy afortunado de ser parte de estos equipos”.

Es toda una encomienda, tener literalmente en tus manos los músculos, huesos y articulaciones de algunas de las mejores atletas del mundo. Mantenerlas en cancha saludables es un encargo que requiere mucha dedicación, pericia y sobre todo comunicación, tanto con las jugadoras como con el cuerpo técnico.

Para Fabián Amaya, preparador de la selección de Puerto Rico por segundo año y especialista en programación para atletas de alto rendimiento, su trabajo es fundamental en el desempeño, aspiraciones y resultados del equipo.

“[Nuestro trabajo] Es bien importante, porque nosotros, además de prepararlas y acondicionarlas para que no se lastimen con tanta frecuencia, también encontramos un rol bien importante en cuanto a la relevancia física de ellas. Eso representa que estén [activas] torneo tras torneo sin lastimarse y obviamente, manteniendo su cuerpo lo más apto posible para que puedan ejecutar como tienen que hacerlo”, dijo Amaya.

Otras delegaciones tienen a una mujer como líder en su departamento de preparadores físicos. Tal es el caso de las dos veces campeonas del FIBA AmeriCup Femenino, Canadá, donde Rhonda Shishkin funge como fisioterapista desde hace tres años. La preparadora explicó cómo trabaja su trabajo se complementa con la labor de cuerpo técnico.

“Hacemos mucho monitoreo con el entrenador de fuerza y acondicionamiento físico”, dice Shishkin. “Ellas [las jugadoras] utilizan monitores de frecuencia cardiaca para [medir] sus cargas. Los entrenadores tenemos reuniones diarias con los dirigentes para dejarles saber cuánto han trabajado las jugadoras, cuánto trabajo pueden realizar hoy, quién está lastimada y a quién debemos monitorear en las prácticas, y eso sucede todos los días”.

El tiempo que se le dedica a cada jugadora es otro factor por considerar, teniendo en cuenta que cada equipo tiene 12 atletas que pueden requerir vendajes, estiramientos, masajes y terapias, la jornada de un preparador físico puede tomarle casi todo el día.

Su jornada laboral se dividen primordialmente en tres fases; antes, durante y luego de los juegos.

“En la primera fase nosotros enfatizamos en lo que es la movilidad, preparar al cuerpo para lo que va a hacer”, dijo Fabián Amaya de Puerto Rico, un equipo que realiza un calentamiento diferente específico al rival del día y sus exigencias. “Ya entramos en la parte de calentamiento en cancha donde se hace un calentamiento dinámico para que el cuerpo entre en calor, la temperatura suba y me evite lesiones durante el juego”.

Ed Ryan, de Estados Unidos, explicó sus labores mientras se está celebrando el partido. “Durante el juego es monitorear qué está pasando con las jugadoras mientras están en cancha. Asegurándonos que sigan hidratándose y que puedan ser capaces de rendir, y evaluar cualquier asunto que surja luego del partido”.

Canadá por su parte, se ha distinguido por un prolongado proceso de enfriamiento que muchas veces incluye mantener a su equipo en la cancha por varios minutos luego de terminado el partido. Según Shishkin, esto es parte fundamental del proceso para asegurar que puedan rendir a su mayor capacidad el próximo día.

“Eso es muy importante. Si ellas terminan y se sientan, eso no es optimizar su recuperación. Así que queremos bajar su frecuencia cardiaca gradualmente. Queremos estirar y trabajar algunos de esos músculos porque lo que hacemos después del juego de esta noche comienza su rendimiento de mañana. Esa recuperación incluye estiramientos, pero también que tomen agua inmediatamente luego [del partido], que coman algo inmediatamente luego, para que su recuperación comience inmediatamente”, explicó Shishkin.

Emmanuel Márquez
FIBA