BUENOS AIRES (FIBA AmeriCup Femenino) - Una vez consumado el primer triunfo de la historia boricua ante Cuba, los teléfonos celulares aparecen en la mitad de la cancha para guardar un momento único. Selfies, videos y ritmo caribeño para festejar el éxito del equipo femenino que por primera vez jugará las semifinales en un torneo de esta magnitud. Fue un ajustado 70-67 para cerrar la primera fase con un récord positivo de 3-1 y esperar el sábado con tranquilidad.

La base Pamela Rosado (17 puntos, tres rebotes y dos asistencias) es una de las más pequeñas en cuanto a estatura, pero juega con una determinación que la hace grande. La misma habilidad tiene al momento de declarar. “Estábamos un poquito menospreciadas luego de no poder obtener la medalla de oro en el Centrobasket. Eso nos reenfocó y motivó para estar en esta situación hoy. Somos 12 guerreras que trabajamos duro”, reconoce.

“Somos un equipo unido y completo. Cualquiera puede anotar y hacer lo que sabe en el rectángulo. No tenemos estrellas. Jugar con el corazón sin importar quien sea el contrario, la defensa y el contragolpe son las claves por las que estamos en esta posición”, agrega la jugadora de Morovis de su país.

El entrenador Gerardo Batista Santiago también se muestra muy contento por estar escribiendo la historia de su selección, que el sábado buscará clasificar a un Mundial por primera vez. “Uno trabaja para tratar de ganarle a los mejores. Es bien importante esta victoria, es emocional para nosotros. Por fin se dio. Habíamos estado cerca de Cuba en los últimos años, pero nunca pudimos ganarle”, destaca.

Por lo pronto, el boleto a los Juegos Panamericanos ya lo tiene asegurado. Sin embargo, el sueño de hacer algo más grande aún permanece latente. “Les dije a las jugadoras que no tenemos nada que perder. Lo que estamos haciendo acá es planificar para el futuro. Esto es un paso adelante. Hay que seguir con la misma mentalidad porque no le tenemos miedo a nadie”, asegura el DT.

Puerto Rico tiene el horizonte despejado para seguir construyendo un futuro que le devuelva alegrías.

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