CLEVELAND (USA) - Ricky Rubio, vigente campeón de la Copa del Mundo FIBA y MVP ha repartido más de 5.000 asistencias a lo largo de su brillante carrera, pero la más importante la ha dado fuera de la cancha a través de su fundación.

 El último ejemplo de cómo busca impactar y transformar la sociedad ha sido el lanzamiento en Estados Unidos del proyecto ‘I Am Reday Project’, un programa de realidad virtual que quiere ayudar a los pacientes oncológicos. Fue justo unos días antes de su reciente vuelta a las canchas tras un proceso de recuperación de 380 días. Una lesión que llegó cuando mejor estaba la pasada temporada y que fue un desagradable recuerdo de la que vivió en marzo de 2012…

Ese año olímpico, su madre, Tona, todo un referente y modelo a seguir para Ricky, era diagnosticada de un cáncer de pulmón y fallecería cuatro años después. Durante esos años de malas noticias en eternas salas de espera de hospitales, el base español tuvo muchas trascendentales conversaciones con su madre, una mujer inspiradora para todos aquellos que tuvieron la oportunidad de conocerla. Y le hizo una promesa:

 Mama, no te preocupes, voy a ayudar a quienes estén pasando por lo mismo que nosotros para que puedan tener las mismas oportunidades

 
Ricky quería ayudar a los demás. Igual que hace en la cancha en cada partido. Necesitaba ayudar y crear una Fundación era una de esas ideas que siempre le rondaba en la cabeza. Pero se dio cuenta de que para poder ayudar realmente, había que hacer las cosas bien, de la forma correcta.

 Y años después, en 2018, la Fundación Ricky Rubio se convirtió en una realidad poniendo el foco en los pacientes de cáncer de pulmón -como su madre- y en los más pequeños. “Piensa en todo el proceso que pasa un adulto y el miedo que provoca la incertidumbre. En un niño es diez veces mayor. Los niños no lo entienden, se supone que deberían estar jugando, sanos, todo el rato. Imagínatelos en un hospital, rodeados siempre de adultos, sin saber lo que pasa… y ellos lo único que quieren es estar con otros niños. Y luego encima el tratamiento que les pone malitos… Es tremendo”, cuenta Ricky.

 Desde su creación, la Fundación Ricky Rubio no se ha tomado ni un día libre. Hay demasiado por hacer y se esfuerza del mismo modo que Ricky juega en la cancha: siendo un líder, implicando a todos por una causa, sumando y multiplicando esfuerzos, dándolo todo en cada partido, sin rendirse nunca y siempre poniendo una sonrisa en la cara de los demás.

 El legendario Toni Kukoc, miembro del Hall of Fame de FIBA, solía repetir una frase que los entrenadores balcánicos como Boza Maljkovic adoptaron para sus reglas de oro: “Una canasta hace feliz a una persona. Una asistencia, a dos personas”.

En el caso de Ricky, él ha hecho feliz a cientos de personas. Entre otras muchas iniciativas, empleando el baloncesto como motor de cambio para la sociedad, ha financiado diversos proyectos de investigación de cáncer, ha construido y acondicionado en hospitales salas de espera más amables y adaptadas para los niños, ha desarrollado un gimnasio para que se recuperen los pacientes, ha unido fuerzas para recaudar fondos por medio de un partido de baloncesto celebrado recientemente, y su última asistencia de MVP ha llegado con el ‘I Am Ready Project’.

Esta iniciativa desarrollada por la Fundación Ricky Rubio, que ya estaba implantada en centros españoles, ha llevado a hospitales estadounidenses una nueva forma de ayudar  a los pacientes oncológicos en tratamiento: “Es un programa de realidad virtual en el que un dibujo animado le explica todo a los niños y niñas, desde cómo me preparo para un partido a los médicos contándoles cómo va a ser el tratamiento y para que sirven las máquinas. Creo  que les ayuda saber cómo va a ser lo que les espera, se sienten más seguros al familiarizarse con  todo. Estamos haciendo estudios para saber cómo está ayudando esta iniciativa y luego poder escalarla al resto de pacientes. Es el primer paso en la dirección correcta”.

Y no se acaba aquí. Ni mucho menos. Ricky siempre está pensando en cómo poder ayudar a los demás por medio del baloncesto como motor de cambio social y no renuncia a ningún reto si puede impactar en pacientes oncológicos. Nadie mejor que él sabe lo importante que es la investigación y la innovación a la hora de desarrollar nuevos tratamientos más eficaces, más dirigidos, más personalizados y menos tóxicos para ganar al cáncer.

 Nuestro sueño es trabajar duro para encontrar una cura para el cáncer

 
Ricky está comprometido. Siempre ha aceptado cualquier reto que se le pusiera por delante en la cancha: hizo historia en la liga española debutando en la ACB con apenas 14 años, brilló en Euroliga y lo hace en la NBA, puso contra las cuerdas al Redeem Team en los Juegos de 2008 con la selección española, ha sido parte de La Familia en incontables veranos de éxitos y medallas, lideró a España a ganar la Copa de Mundo FIBA 2019 siendo el MVP…

 ¿Qué es lo siguiente para Ricky en la cancha? ¿Un anillo de la NBA, otra Copa del Mundo este verano…? Lo que sí está claro es que fuera del parqué, seguirá ayudando por medio de la Fundación Ricky Rubio y nada cambiará para él. Tiene una meta clara en la mente en memoria de su querida madre y como ha demostrado tantas veces con su lema ‘Never too high, never too low’, Ricky, nunca se rinde.

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