19 enero, 2018
25 marzo
04/03/2018
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San Lorenzo se reencuentra con su historia

Por: ALEJANDRO PÉREZ

BUENOS AIRES (DIRECTV Liga de las Américas 2018) - La pasión, muchas veces desenfrenada, que genera el fútbol en Argentina termina generalmente por limitar el desarrollo de otras actividades deportivas. Tal vez sean los clubes más populares, los que más seguidores tienen en todo el país, los que paradójicamente que lo sufran de manera más cruda.



San Lorenzo, club de Buenos Aires y uno de los más famosos del fútbol argentino, está radicado en el barrio de Boedo, reconocido por aferrarse a las tradiciones de la ciudad. Allí, en el apego a la historia, puede encontrarse el argumento que explique la relación con el básquetbol, disciplina que hoy le permite estar en lo más alto del nivel nacional y desarrollar una etapa de trascendencia de puertas afuera.

Aunque su afiliación a la Federación fue en 1930, el punto de partida de la firme relación de San Lorenzo con el básquetbol puede señalarse, de manera antojadiza, el 19 de marzo de 1937, cuando fue uno de los nueve clubes, todos ellos participantes también del torneo de fútbol de Primera División, que fundaron la Asociación de Basket-Ball de Buenos Aires. De esa manera, se separaban de la Federación Argentina, que en realidad, a pesar de su nombre, administraba solo la actividad en la capital nacional. También, hace más de 80 años atrás, esa competencia liberaba a cada club que quisiera pagarle a sus jugadores… La situación no era casual. Desde 1931 esos mismos clubes habían aceptado el profesionalismo en el fútbol y no se negaban a trasladarlo al básquetbol.

No tardó mucho San Lorenzo en convertirse en una potencia del torneo de la Asociación Buenos Aires. En 1942 logró su primer título en el Campeonato Oficial, con Francisco Del Rio, una figura de la época, Alfredo Belli y Armando Bo (luego afamado director cinematográfico) como valores destacados.

El segundo título en el oficial llegó en 1946, con un Dream Team para aquellos tiempos: además de Del Rio y Belli, se habían sumado José Biggi, quien fue la primera estrella indiscutida del básquetbol argentino, Salvador Capece, Alberto Trama, Jaime Pérez y dos verdaderas torres para la época, Héctor Romagnolo (1,92 mts) y Armando Rossi (1,89), todos ellos con pasos por la selección argentina.

Hasta que funcionó la Asociación Buenos Aires San Lorenzo acumuló 12 títulos en el Torneo Oficial (1942, 1946, 1949, 1950, 1954, 1956, 1957, 1959, 1960, 1968, 1971 y 1973), algo que ninguno de los otros clubes de fútbol logró.



La selección argentina recibió siempre jugadores de San Lorenzo hasta la década de 1970, como Edgar Parizzia, Carlos Vassino, Juan Ruggia, Herberto Fagnani, Dante Masolini, Gustavo Aguirre, Juan De la Cruz (luego nacionalizado español y medalla de plata olímpica en 1984), Claudio Villanueva o Daniel Pace.

Otros tantos jugadores quedaron en la memoria colectiva como símbolos de un San Lorenzo ganador, que era orgullo de los simpatizantes, como Erio Cassettai, Oscar Visciglia, Carlos Perroni, Carlos Perales, Norberto Pacheco, Abel Rojas o Mario Benítez.

Para Carlos Perroni, cuatro veces campeón de Buenos Aires, “San Lorenzo siempre le dio importancia al básquetbol, se preocupó por traer jugadores del interior del país, armó equipo poderosos y consiguió títulos. Eso construyó una tradición que se mantuvo durante varias décadas. Así se convirtió en el segundo deporte en trascendencia dentro del club. Si hasta los Harlem Globetrotters jugaron contra San Lorenzo en una gira que hicieron por Buenos Aires en los años 50. En las décadas del 60 y 70 los jugadores no éramos profesionales, cobrábamos un viático, pero todos teníamos nuestro trabajo”.



A pesar de la importancia del fútbol, según Perroni, ambos deportes convivían con mucha armonía. “Mucha gente del fútbol venía a ver los partidos de básquetbol, hasta los propios futbolistas venían a nuestros partidos y creamos una buena amistad que hasta hoy se mantiene. Eran épocas con menos profesionalismo, donde el ambiente era más familiar”, cuenta quien debutó en Primera División en 1960 y vistió la camiseta azul y roja hasta 1973.

Pero desde aquel último título en 1973 las cosas cambiaron. El apoyo dirigencial se fue reduciendo, el equipo perdió poderío y no hubo más triunfos para festejar. Si bien fue uno de los clubes participantes de la primera edición de la Liga Nacional, esa temporada terminó en descenso y el básquetbol de San Lorenzo entró en un declive vertiginoso, casi hasta su desaparición.

Recién cuando asumió la actual conducción directiva de San Lorenzo, en 2012, la situación comenzó a cambiar para el básquetbol del club.



El vicepresidente primero, Marcelo Tinelli, personalidad muy famosa de la televisión argentina, recuerda: “Cuando era niño, mi papá me hablaba siempre del básquetbol de San Lorenzo, de sus grandes jugadores y de sus títulos. Me traspasó esa historia, los sueños de un equipo grande y eso me enganchó con este deporte. Cuando comencé como dirigente, en 2012, me encontré con que el básquetbol no tenía estructura en el club. Era un desperdicio. Comenzamos un proyecto desde bien abajo, pasando por todas las categorías, hasta lograr dos títulos en la Liga Nacional y ahora estar participando de la Liga de las Américas, más allá de haber sido el primer equipo argentino en enfrentar a otro de la NBA y de realizar una gira por España, donde derrotamos al Barcelona y el Real Madrid. Ahora tenemos que transmitirle esa tradición a los más jóvenes para mantenerla”.

Tinelli reconoce que como todo club de fútbol muy popular los directivos deben convivir con los reclamos de la actividad más notoria de Argentina. Sin embargo, la concurrencia masiva de público al estadio, que lo convierte en el equipo de mayor convocatoria y también en el que lidera la medición de visualizaciones del streaming de los partidos de la Liga Argentina, demuestran que los simpatizantes aceptan, se identifican y apoyan, al básquetbol.

“En San Lorenzo están bien separados los presupuestos de cada deporte. Nos manejamos con ingresos genuinos, con sponsors propios de cada actividad. El club no tiene que poner dinero para el básquetbol, si no que este, con sus acciones y recursos, lo genera. Siempre hay demandas desde un deporte tan masivo como el fútbol, son naturales, pero al básquetbol le dimos su propio espacio y lo defiende”, explica el famoso conductor de televisión, quien lidera el área del básquetbol dentro del club.

Desde su aparición en la Liga Nacional los resultados no pudieron ser mejores para San Lorenzo: campeón en 2016 y 2017 y sólido líder en la actual campaña. El condicionante de buenos resultados es otra de las exigencias que el fútbol en Argentina toma como natural, aunque no siempre puedan ser correspondidas.

Tinelli adopta esto con soltura, ya que “hay que acostumbrarse a la presión por los resultados. Tanto en la Liga Nacional, como en la de las Américas nos toman como favoritos y convivimos con eso. Entendemos la pasión del fanático, pero el dirigente no debe dejarse llevar y necesita tener visión a largo plazo. En el básquetbol de San Lorenzo siempre pensamos en mejorar, nos ponemos los máximos objetivos y vamos por todo. El que viene a nuestra organización sabe que llega para luchar por algo importante. A veces no se puede conseguir, pero siempre vamos a intentarlo”.

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