19 enero, 2018
25 marzo
12/03/2018
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Jasiel Rivero: ¡Cuba Va!

Por: PABLO CORMICK

CORRIENTES (DIRECTV Liga de las Américas 20180 - Como canta Silvio Rodríguez, “Cuba va, Cuba va”. Y justamente uno de los cantautores cubanos más representativos de su historia es el que “te hace pensar con sus canciones”, según cuenta su compatriota Jasiel Rivero, alero de Estudiantes de Concordia. En cambio, cuando busca despejarse, uno de los extranjeros del club entrerriano, elige el reggaeton de Los 4 o La Charanga.

Rivero, de 24 años, vivió su infancia en el barrio La Construcción, del municipio Boyeros, en La Habana. Desde la casa que habitaba con su madre, su hermana y dos sobrinas, iba caminando rumbo a la escuela primaria Augusto Olivare. Allí comenzó a jugar al baloncesto, a los 12 años. Luego continuó sus estudios en la Escuela Eide Maritales de Barbado, un sitio en el que estuvo como internado: llegaba el domingo a la noche y se quedaba hasta el viernes al terminar el horario de clases, cuando salía para ir a visitar a su familia. Con esa formación consiguió, luego, el título técnico medio en licenciatura física del deporte.

“La educación es muy buena y muy importante en nuestro país y nos ayuda a ser mejores personas. Lo primero es el estudio y luego el deporte”, remarca Rivero. En ese período de formación, los entrenadores vieron en él a un joven talentoso con mucho futuro. Y no se equivocaron. En la liga de Cuba jugó y fue campeón en el club Capitalinos de La Habana, ese al que llegaba pasando por la Plaza de la Revolución que tiene el monumento a José Martí y como figuras omnipresentes las imágenes de Ernesto Guevara y Camilo Cienfuegos. Aquella frase del Che, “Hasta la Victoria Siempre”, le marcaba el camino a Rivero. Y su victoria sería lucirse con la selección, para luego poder emigrar a competencias de mejor nivel.

En 2014, el Centrobasket en Tepic, México, fue el escenario en el que todos pusieron el ojo en ese joven que saltaba como pocos, tenía una potencia incontrolable y buenos recursos técnicos. En 2015 la Federación de Cuba llegó a un acuerdo con el Gobierno para permitirle a sus jugadores competir como profesionales fuera de su país. Ese año Rivero emigró a Uruguay para jugar en Tabaré. Allí era el máximo anotador y rebotero de la Liga hasta que se fracturó un dedo del pie derecho. Tras la recuperación, viajó a Argentina para su siguiente destino, Estudiantes de Concordia. Se resintió de la lesión y otra vez tuvo que alejarse de las canchas. Pero Rivero volvió a Estudiantes para tomarse revancha. Y su demostración de que va por el buen camino está a la vista de todo el mundo.

“En el baloncesto argentino cambié mi forma de entrenarme y de jugar. Es un baloncesto mucho más táctico y con scouting sobre todos los rivales, algo que es muy diferente a lo que pasa en Cuba”, explica el alero de 2,04 metros. Los hábitos dentro de la cancha no fueron los únicos que modificó Rivero: “Acá como mucho más sano y variado y eso le hace muy bien a mi físico”. Claro que más allá de su dieta balanceada, Jasiel no puede evitar la tentación de un buen asado. “Me encanta, es súper rico”, afirma el cubano que se ha trasnformado en un especialista, aunque “solo para comerlo, no me animo a preparalo porque no quiero joder la carne de todos”. Otra costumbre que incorporó Rivero es la de tomar mate o tereré con amigos.

Desde que Jasiel Rivero juega fuera de Cuba recibe el apoyo de su familia. “Están contentos porque saben que yo estoy haciendo lo que me gusta y estoy cumpliendo sueños”, dice el alero, aunque recuerda que cuando viajó por primera vez a Uruguay “ellos se pusieron nerviosos porque no sabían cómo sería para mí estar solo”.

La posibilidad que se les abrió en los últimos años a los basquetbolistas cubanos de salir de la isla para ser refuerzos extranjeros en ligas más importantes los ha hecho elevar exponencialmente su nivel. “Con varios jugadores en el exterior, ojalá ayudemos a que el seleccionado recupere protagonismo en Centroamérica y podamos conseguir una medalla de oro en algún torneo”, dice Jasiel. Ahora, el deseo de Rivero es ir a jugar a Europa: “Sería cumplir un sueño poder jugar en España, que es una de las ligas más fuertes del mundo, o en otro país europeo”.

Como canta Silvio Rodríguez, “Cuba va, Cuba va”.

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