RÍO DE JANEIRO (Brasil) – La contundente victoria 86-64 que consiguió AEK sobre San Lorenzo en la primera semifinal de la Copa Intercontinental FIBA dejó excelentes impresiones en el vestuario ganador. El equipo griego, campeón de la Basketball Champions League, se llevó lo que había venido a buscar a Río de Janeiro.

“Esta victoria nos permite jugar una nueva final, con lo que eso significa. Vinimos a esta Copa Intercontinental con expectativas altas y llegar a la final era lo mínimo que pretendíamos y ahora estamos ahí”, comentó Jonas Maciulis, autor de 4 puntos y 5 rebotes.

Por su parte, el entrenador Luca Banchi agregó: “Para nosotros era indispensable ganar este partido para llegar a la final, que es lo que todos vinimos a buscar y la razón por la que hicimos un viaje tan largo. Estoy muy feliz porque vencimos a un equipo difícil y porque mis jugadores tuvieron una actuación muy sólida”.

Howard Sant-Ross también se refirió a este éxito inicial de AEK: “Es muy importante. Nos da el impulso que necesitamos para llegar a la final con la motivación alta. AEK como equipo quiere ganar todo lo que juega y cada uno de nosotros quiere demostrar lo que puede aportar y por eso damos el 100%”.

Tras 6 minutos muy equilibrados, AEK logró despegarse en el marcador y a partir de ahí controló el desarrollo del partido. “En el comienzo los dos equipos nos estábamos estudiando porque no sabíamos realmente el nivel del rival. Después de ese inicio poco agradable, nosotros fuimos los primeros en encontrar el ritmo necesario y eso nos ayudó a conseguir una diferencia de 10 puntos que nos permitió jugar más relajados. A partir de ahí nuestro juego fluyó y mostramos lo que hacemos habitualmente. Ellos son un buen equipo y son atléticos pero fallaron algunos tiros abiertos y no concretaron contraataques, que es lo que generalmente hacen bien”, explicó el lituano Maciulis.

Para el cubano Sant-Ross la clave fue “la defensa y controlar el rebote. Los sacamos de su nivel de juego y les frenamos el ritmo alto que suelen tener”. El coach Banchi también se enfocó en la tarea defensiva de su equipo: “La clave del triunfo fue la defensa ya que por gran parte del partido fuimos capaces de evitar que San Lorenzo corriera la cancha como suelen hacer y también fuimos consistentes cuando nos atacaron 5 contra 5. En ataque no estuvimos tan acertados para enfrentarnos a una protección del canasto tan buena como la que ellos hacen con Anthony y Calfani. Sin embargo, cuando fuimos pacientes para pasarnos la pelota encontramos buenos lanzamientos”.

Como marco del excelente logro de AEK que le permitirá disputar la final de la Copa Intercontinetal, hubo un grupo de hinchas que no pararon de gritar y de hacer sonar sus bombos desde el minuto 1 hasta el final del juego.

“Los fanáticos de AEK son un valor agregado de este club. Ellos son griegos pero no todos viven en Grecia. Viajaron desde distintas partes del mundo, especialmente desde Europa, con una gran inversión de tiempo y de dinero para acompañarnos. Consideran que ellos deben estar alentando en todo evento deportivo en el que esté la camiseta amarilla y negra y eso para nosotros es una razón más para dar el máximo”, comentó Banchi.

Para Sant-Ross, quien fichó para AEK en 2018, el acompañamiento de los hinchas fue algo llamativo: “Me sorprendió la cantidad de público que viajó desde tan lejos hasta otro continente. Fue hermoso sentir el apoyo de los fanáticos”.

Con ese sector del Arena Carioca teñido de amarillo y negro, AEK buscará este domingo alcanzar el escalón más alto de su historia en el básquetbol.

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