20 enero, 2021
30 abril
17/12/2021
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Juan Ignacio Brussino, un base seleccionado para Quimsa

SANTIAGO DEL ESTERO (Argentina) - María Paula, María Eugenia y María Cecilia practicaban patinaje artístico en Adeo de Cañada de Gómez, al sur de la provincia de Santa Fe. Las tres hijas mayores de la familia iban al club con Noemí, su madre. Juan Ignacio y Nicolás, los dos niños menores de la familia, acompañaban a sus hermanas. A Juani, que tenía 7 años, le llamó la atención el básquetbol, que se practicaba en el salón contiguo al que sus hermanas saltaban y hacían figuras sobre ocho ruedas. "Con mi hermano tuvimos curiosidad de ver cómo era. Empezamos a picar la pelota y se dio naturalmente que nos gustara y pidiéramos ir a básquetbol", dice Juan Ignacio Brussino, base de Quimsa de Santiago del Estero. "Al principio yo iba solo porque Nico, dos años menor, no se había enganchado tanto. Pero pasaron dos o tres años, comenzamos a ir juntos cada uno con su pelota y ahí nos acompañamos en la actividad. Esperábamos a que el otro terminara su práctica y eso hizo más ameno el hecho de ir al club", agrega Juani.

Esa unión fraterna y el gusto por el básquetbol hizo que los hermanos Brussino le manifestaran a Juan José, su padre, el deseo de poder practicar también en la casa. "Le habíamos pedido a nuestro papá tener un aro, pero él nos lo prohibió porque quería que jugáramos en el club. Entonces, caminábamos todos los días las diez cuadras hasta Adeo. A los 13-14 años, Nico y yo entrenábamos con nuestra categoría y después nos quedábamos a ver los entrenamientos de Juveniles y de Primera para ver si nos incluían en la práctica. Cuando no nos hacían participar o esperábamos a que alguien se cansara para poder entrar, nos poníamos a jugar uno contra uno en los aros de mini básquet que había a los costados de la cancha. En ese momento yo me aprovechaba por la diferencia de edad. Cuando fueron pasando los años y crecimos me fue costando más y llegó un momento en el que ya no le pude ganar. En los últimos dos o tres recesos se me complicó mucho enfrentarlo", recuerda Juani.

 

Nicolás, subcampeón en la Copa del Mundo de China 2019, relativizó esa ventaja en los duelo mano a mano contra Juan Ignacio: "Le he sacado mucha diferencia en estatura, pero a veces es difícil defenderlo en el uno contra uno. Cuando voy al poste bajo me hace muchas faltas para que no le haga puntos fáciles. Hace bastante que no jugamos, pero él debe tener más victorias que yo".

Con 30 años, Juani debutó en el seleccionado argentino en la primera ventana de clasificación para la Copa del Mundo 2023. Brussino participó del primero de los dos triunfos de Argentina contra Paraguay. "Desde que me enteré que estaba convocado, sabiendo que éramos 17 jugadores y que podría haberme tocado no jugar, lo encaré desde el disfrute. No tenía que demostrar nada sino aprovechar y sumar esta experiencia como crecimiento personal. Me saco el sombrero por el Che García que nos enseñó cómo trabajaba y tuvo una gran predisposición con nosotros. Eso hizo que yo me sintiera más tranquilo, me adaptara y disfrutara del día a día en mi primera vez con la Selección Mayor. Haber jugado en el primer partido hizo que la experiencia fuera completa. Al principio de la temporada no esperaba la convocatoria , pero el trabajo que venimos haciendo en Quimsa hizo que surgiera esta posibilidad", dice Juan Ignacio.

En su estreno con la camiseta celeste y blanca, Brussino tuvo de compañero a Carlos Delfino, el doble medallista olímpico (oro en Atenas 2004 y bronce en Pekín 2008) que regresaba al equipo nacional tras cinco años de ausencia. Así lo vivió Juani: "No conocía a Carlitos en persona. Me sorprendió su predisposición en todo momento. Yo había escuchado distintas situaciones que marcaban ese compromiso de él con la Selección y ahora lo comprobé. Si antes pensaba que Carlos es un excelente jugador, ahora que compartí con él aseguro lo que me habían dicho y lo que yo creía. Después de un viaje de 15 horas, fue directo al entrenamiento para ver los sistemas del entrenador y para conocer a sus nuevos compañeros. Eso lo pinta como un excelente profesional”.

Para que la satisfacción de representar al país fuera absoluta, a Juani solo le faltó compartir equipo con su hermano. "En esta ventana Nico tenía muchas ganas de venir y le había confirmado su presencia al Che, pero justo dio positivo de covid y lamentablemente no pudo estar. Hubiese sido excelente, un regalo muy lindo a todo el esfuerzo que venimos haciendo. Desde cuando éramos chicos en Adeo que no jugamos juntos. Ojalá se pueda dar en la próxima, aunque hay muchos jugadores que tienen nivel para entrar en una nueva convocatoria, no hay que desesperarse. Con lo que mostré en los entrenamientos y en el partido que me tocó jugar, voy por buen camino. De todos modos, me lo tomo sin esperar nada: si se da, mejor y si no, alentaré como lo hice siempre", dice Brussino.

 

Más allá de no haber podido estar juntos en el seleccionado, Juan Ignacio mantiene un contacto fluido con Nicolás gracias a las videollamadas que enlazan Santiago del Estero con Gran Canaria, ciudad del equipo de Nico en la Liga de España. Los diálogos suelen tener como foco principal al deporte que los une. "Analizamos mucho los partidos. Yo soy más detallista. Es algo que me apasiona. Los dos miramos siempre los juegos del otro. Estoy muy pendiente de ver qué puede mejorar y se lo transmito", explica Juani.

La vorágine de la actividad llevó a Juan Ignacio del placer de estrenarse en el seleccionado al inicio de la Basketball Champions League Americas 2021-2022 con Quimsa. El equipo santiagueño fue el anfitrión en el comienzo del grupo B con un triunfo 81-71 sobre Nacional (Uruguay) y una derrota ante Sao Paulo (Brasil). "Nos presentamos contra dos muy buenos rivales. Nacional nos sorprendió en el debut con la diferencia que nos sacó en el primer cuarto y que nos costó remontarla durante todo el partido. Sin desesperarnos pudimos darlo vuelta y quedarnos con la victoria. San Pablo nos propuso un juego físico y con muchos cambios. Demostró un gran básquetbol y nos costó. Pudimos jugar de igual a igual en algunos pasajes del juego, pero ellos marcaron la diferencia en los detalles y en los momentos clave para llevarse el triunfo. Este inicio sirvió para ver dónde estamos parados, para saber en qué tenemos que mejorar y dar un salto de calidad rumbo a la próxima ventana. Con más herramientas y con el conocimiento que tenemos de nuestros rivales saldremos a competir mejor. La Champions es una competencia diferente, con otro tipo de jugadores. Es un torneo corto en el que cada partido vale mucho. Nuestro primer objetivo es clasificarnos a la próxima fase y buscar la mejor posición para tener un buen cruce y poder seguir escalando en el torneo", analiza Brussino, quien fue el más destacado con 18 puntos en el debut contra el conjunto uruguayo.

Al margen de los resultados, Juani valora la posibilidad de medirse ante los equipos más poderosos del continente: "Es muy importante para el club competir en este torneo. En los últimos tres años fue el equipo argentino que participó siempre. Fue campeón en 2019 y eso habla muy bien del trabajo que se viene realizando en la institución desde los dirigentes, el mánager Diego Lo Grippo y el cuerpo técnico. Hay un camino de crecimiento marcado. Quimsa siempre quiere estar arriba y la participación en la Champions es un reflejo más de ese objetivo. También hay que resaltar todo el trabajo que se hizo para recibir la primera ventana del torneo acá en Santiago del Estero: reformas y ampliaciones para mejorar la infraestructura".

El profesionalismo de Brussino lo tiene enfocado en el básquetbol. Cuando el deporte le entrega tiempo libre, ahí aparece Juan Pedro, el hijo de 5 años que tiene con Constanza. "El niño nos ocupa mucho tiempo del día. Estamos abocados a su crianza, la finalización de la etapa de jardín y en la búsqueda de una colonia de vacaciones para que él comparta con sus amigos. Soy tranquilo, disfruto mucho de estar con mi familia en la ciudad en la que vivimos desde 2017".

Plenamente adaptado al sofocante calor de Santiago del Estero, Juan Ignacio Brussino levanta la temperatura de su juego y busca hacer cecer el fuego internacional de Quimsa en la Basketball Champions League Americas.

FIBA