20 enero, 2021
30 abril
31/01/2021
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Fabián Ramírez Barrios: cambió el carácter y es la voz cantante de Quimsa

BUENOS AIRES (Argentina) - Fabián es creyente. Usa la camiseta con el número 33 por la edad de Cristo. Fabián es Ramírez Barrios, el ala pivote de Quimsa de Santiago del Estero que disfruta del mejor momento de su carrera.

Fabián cree en que su equipo puede repetir el logro de ser campeón de la Basketball Champions League Americas. En la primera edición del renovado torneo continental, el conjunto argentino venció en la final a Flamengo (92-86) el 30 de octubre de 2020, siete meses después de lo programado al inicio del torneo.

"Fue algo atípico, raro. Lamentablemente, por la pandemia, se cambió el formato de la competencia. Eso puede ser favorable o una desventaja para los equipos. Para Quimsa fue importante volver a competir y coronar lo que se venía haciendo de la mejor manera con el título en la Champions. Yo estoy muy contento por ser parte de esta hazaña, trataremos de defenderlo y de seguir creciendo como equipo," dice Ramírez Barrios.

Los dirigidos por Sebastián González, que están en lo más alto de la Liga Nacional de Argentina, tendrán a Universidad de Concepción y a San Pablo como rivales en el Grupo B, que desarrollará su primera serie de partidos en Buenos Aires, entre el 31 de enero y el 2 de febrero. "Hablamos mucho con Seba y con los asistentes. Nosotros siempre estamos pendientes de todos los rivales. Si bien vamos partido a partido, no dejamos de pensar en los equipos con los que nos vamos a enfrentar en la Champions y en la Intercontinental, dos desafíos que estamos esperando," cuenta el ala pivote, que no solo apunta a la competencia americana sino también al duelo frente al San Pablo Burgos español. Y agrega: "Sabemos que van a ser juegos muy parejos y trataremos de estar a la altura. Tenemos un equipo intenso, largo y con jugadores importantes como para intentarlo."

A los 30 años, Ramírez Barrios dejó Regatas, de su Corrientes natal, para convertirse en uno de los líderes de Quimsa. Así lo vive: "Estoy muy contento por mi presente. Fui madurando a través de los años, tanto en lo personal como en lo profesional. Hice muchos cambios en mi juego y en mi carácter que fueron claves. Yo sabía que podía mejorar y hoy lo demuestro en un gran equipo, muy unido, donde me dan mucha confianza y puedo desplegar mi juego de la mejor manera. No sé si soy el líder, pero me siento parte importante de este grupo."

Ese cambio de carácter al que se refiere Ramírez Barrios es notorio. Revirtió la energía negativa que transmitía cada vez que no conseguía lo que buscaba. "Cambié mi temperamento. Empecé a pensar más en frío en situaciones calientes del juego. Traté de madurar eso para no trabarme, no enojarme, no sacarme de tal manera que terminara perjudicando a mi equipo o peleándome con un rival. Tenía que cambiar porque no ayudaba al equipo, me hacía daño a mí mismo," dice quien fuera el mejor jugador de Quimsa en las semifinales de la BCLA frente a San Lorenzo. Y completa el concepto: "Los jugadores tenemos una familia y la imagen que damos es muy importante. Para poder crecer y que te vean de la mejor manera hay que ser consecuente en la cancha. Estoy agradecido a mi mujer Constanza y a mis hijas Ámbar y Betania que me ayudaron a hacer ese click. Por ellas entendí que debía dar un ejemplo con mi comportamiento."

No solo su familia lo ayudó, también lo hicieron jugadores y directores técnicos. Y ahora Fabián cree más en su juego: "Fue un trabajo en conjunto. Me hablaron muchos compañeros y también entrenadores como Adrián Capelli, Fernando Duró, Gonzalo García y Lucas Victoriano. Me decían que ya no podía seguir con esos enojos, salir de la cancha pateando algo o enojarme con un compañero. Eso trababa al equipo y me convertía en una vibra negativa para todos. También fui a un psicólogo deportivo que me sirvió para mejorar y convertirme en alguien que suma y no en una carga. Mi juego mejoró y también pude marcarles el camino a jóvenes que tal vez no podían manejar su temperamento. Empecé a jugar más cómodo."

Lucas Victoriano, quien fue compañero de Ramírez Barrios en San Martín de Corrientes y luego su entrenador en Regatas, aporta su análisis: "Afuera de la cancha siempre fue alguien tranquilo, una persona encantadora, pero cuando competía y las cosas no le salían se enojaba, perdía la concentración y jugaba incómodo. Eso lo trabajó y cuando yo lo dirigí ya había progresado, aunque a veces se le salía la cadena. Él necesitaba madurar, aprender a convivir con el error y revelarse de otra manera que no fuera salirse del partido. Todo eso lo hacía jugar inseguro y no creía en el potencial que tenía. Ahora está mucho mejor, él se da cuenta. El premio de la convocatoria a la Selección fue muy bueno para que él pueda creer en sus condiciones. Ojalá que siga por ese camino."

Ramírez Barrios fue convocado por primera vez al seleccionado mayor de Argentina a comienzos de 2020 para la primera ventana clasificatoria a la próxima AmeriCup. Participó de los dos partidos ante Venezuela, la derrota como local en San Luis y el triunfo como visitante en Caracas, donde tuvo una destacada tarea defensiva.

"El cambio en mi carácter me ayudó muchísimo para poder llegar al seleccionado argentino. Al mostrar otra imagen me tuvieron en cuenta. Cuando me llamaron me puse muy feliz. El jefe de equipo me avisó de la convocatoria y fue algo mágico, maravilloso. Estaba tan emocionado y lloraba tanto que no podía decirle mi número de documento," recuerda Fabián. Las vivencias con el seleccionado le brotan: "Disfruté cada momento a full. Vestir la camiseta argentina fue un objetivo cumplido después de tanto trabajo. En el primer partido me costó un poco adaptarme. Entré más a ver qué pasaba, a cómo iba a encajar en el equipo que a hacer mi juego. En el segundo, con la confianza de Sergio Hernández y sus asistentes Silvio Santander y Gabriel Piccato, y también de mis compañeros, me di cuenta que solo tenía que hacer mi trabajo y que para eso estaba ahí. Cumplí mi rol. Me tocó defender a un jugador importante como Néstor Colmenares y traté de hacerlo de la mejor manera. También colaboré con rebotes y asistencias. La ilusión y las ganas de volver a ser convocado siempre están."

Ramírez Barrios estaba en los planes de la primera convocatoria de Gabriel Piccato, quien reemplazó a Sergio Hernández en el cargo. Pero se contagió de Covid y no pudo formar parte del equipo. "En la última ventana yo no iba a llegar de la mejor manera porque estuve muchos días encerrado sin poder hacer nada, con algunos síntomas. No iba a ser buena mi participación en el equipo, entonces era mejor que otro ocupara ese lugar. También fue importante que le dieran la oportunidad a jugadores jóvenes porque son el recambio que el seleccionado va a necesitar," dice el ala pivote.

Por estos días, Ramírez Barrios pasa muchas horas junto a Nicolás Copello, su compañero de habitación en el hotel de Buenos Aires en el que Quimsa se aloja mientras participa de la Liga Nacional y espera el inicio de la competencia continental: "Nos conocemos hace mucho tiempo porque compartimos plantel en Boca. Jugamos a la play (competimos en el FIFA), ponemos música, miramos algunas series, hablamos de todos los aspectos de la vida y tomamos mate (cada uno con el suyo). Se hace difícil estar tantos días en hoteles, lejos de la familia, pero estoy contento por el presente que tenemos." Fabián no solo cree en su juego y en su progreso, también en su oído musical, aunque no tanto en su voz: "La música la pongo yo y él se acopla. No dice nada y tampoco yo lo dejaría. Tengo un repertorio bastante amplio, pero si tengo que elegir, me quedo con los lentos internacionales. También me gusta cantar y lo disfruto, pero hago sangrar los oídos, no soy bueno."

Fe, determinación, convencimiento y calma. La fórmula de Fabián Ramírez Barrios para ser cada día un mejor basquetbolista.

FIBA