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20 noviembre, 2017
26 febrero, 2019
07/05/2018
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Willis, alero de Estados Unidos en los Clasificatorios, tiene la oportunidad de ser un ejemplo para los nativos americanos

GRAND RAPIDS (Clasificatorios de las Américas a la Copa del Mundo de Baloncesto FIBA 2019) - Jugar por tu país es, definitivamente, algo especial. Pero Derek Willis se sintió más orgulloso aun cuando jugó con los Estados Unidos en los Clasificatorios de las Américas a la Copa del Mundo de Baloncesto FIBA 2019: también representaba a la comunidad nativa americana de su país.

Willis participó en uno de los juegos de la ventana de febrero y anotó dos puntos en seis minutos, y se fue con dos rebotes, un robo de balón y un tapón contra Cuba. Era la primera vez que el alero de 22 años jugaba por el equipo nacional de Estados Unidos.

“Cada vez que representas a tu país en cualquier cosa es un gran privilegio. Me enorgullece mucho”, dijo Willis. Este es, probablemente, el mejor sentimiento del mundo. Siento que un nuevo sentido del orgullo nace de mí”.

Willis casi hace su debut el pasado verano en la FIBA AmeriCup 2017, pero el entrenador Jeff Van Gundy no lo eligió para su equipo. Eso hizo que fuera incluso más emocionante para Willis que Van Gundy lo llamara para la ventana de febrero.

More than grateful for this opportunity to represent my country 🇺🇸

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“Me pareció una locura. Estaba honrado de que pensaran en mí y de que me escogieran para jugar en el equipo. No logré entrar al equipo el pasado agosto para la AmeriCup. La oportunidad regresó y me dieron una llamada", rememoró.

Pero Willis tenía un grupo especial de personas animándolo en los Clasificatorios: los más de cinco millones de nativos americanos que habitan en los Estados Unidos.

La madre de Willis pertenece a tres tribus nativoamericanas: arapajó del sur, pawne y creek. Y mientras se criaba, Willis vivió en la reservación indígena Wind River, en el centro de Wyoming, que es la séptima reservación más grande del país. Cuando tenía 5 años, Willis se mudó a Mt. Washington, Kentucky, una ciudad cerca de Louisville, con su padre, que vivía en el área.

Willis admite que perdió su conexión a la comunidad nativoamericana y no volvió a acercársele hasta que empezó sus estudios universitarios en la Universidad de Kentucky.

“Durante la universidad, empecé a sentir más orgullo sobre ello. Estás madurando y cuando hablaba con mi abuela y veía cómo mi familia estaba involucrada en la comunidad nativoamericana, aprendí mucho sobre algunos de sus aspectos maravillosos. Sentía que debía asumirlo con más orgullo. Y eso es un poco lo que estoy haciendo ahora”, explicó.

Parte de reconectar con sus raíces fue hacerse tatuajes con temática nativa americana.

“Siento que es una manera de expresarte... Era justo y necesario", dijo.

Willis tiene varios tatuajes. Sus favoritos son un atrapasueños en su antebrazo izquierdo, y un tocado de plumas de un jefe nativo americano muerto en su hombro izquierdo.

“Esos dos de veras evocan algo en mí. Significan tanto para mí", dijo Willis, que también tiene un lobo en sus costillas y una caravela en su hombro derecho.

Y, como nativo americano, jugar con el nombre de Estados Unidos escrito en su camiseta significó mucho para Willis.

“Para mí es algo especial porque le muestra a la comunidad nativa americana que puedes trabajar para lograr algo y definitivamente puedes hacer algo grande”, dijo. “Siento que soy un modelo a seguir para los niños. Y, con suerte, puedo demostrarles que puedes llegar a donde quieras llegar, y solo tienes que quererlo lo suficiente”.

Willis es solo uno de una cantidad que crece continuamente de jugadores con raíces nativoamericanas que están mejorando y captando más atención en Estados Unidos.

Bronson Koenig, miembro de la nación tribal Ho-Chunk, alcanzó el Final4 de la NCAA en 2014 y 2015 con la Universidad de Wisconsin, convirtiéndose así en el primer jugador nativo americano masculino de baloncesto que jugara y anotara en el juego por el título de la NCAA en 2015. Perdieron contra Duke en la final.

Koenig y Willis, de hecho, jugaron juntos esta temporada en la G-League con los Grand Rapids Drive. Y Chance Comanche, cuyo padre tenía un cuarto de origen comanche, un cuarto choctaw y también es mitad afroamericano, jugó esta temporada por los Memphis Hustle de la G-League, luego de pasar dos años en la Universidad de Arizona.

Un par de otros nativoamericanos que están en ascenso son Lindy Waters III, quien terminó su segunda temporada en Oklahoma State, y Kamaka Hepa, de la nación Inupiaq de Alaska, y quien irá a la Universidad de TExas luego de ser el mejor jugador a nivel escolar en Oregón.

Todo se reduce a cómo juegas en la cancha, insiste Willis.

“Creo que es tan simple como que, si ellos tienen la habilidad de jugar, pues pueden jugar. Si no pueden, pues no podrán estar en la cancha. Los atletas nativoamericanos se han probado, obviamente", dijo. “Si eres nativoamericano o lo que sea, solo tienes que esforzarte. Y si eres lo suficientemente bueno, eres lo suficientemente bueno”.

Ahora la comunidad nativa americana tiene otro modelo a seguir: ya saben que podrían hasta jugar por los Estados Unidos, tal y como lo hace Derek Willis.

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