MONTEVIDEO (Clasificatorios de las Américas a la Copa del Mundo de Baloncesto FIBA 2019) - Uruguay culminó la tercera ventaja rumbo a China 2019 con una categórica derrota frente a Argentina, pero con saldo de cuatro triunfos y dos partidos perdidos de cara a la segunda fase. Con el paso de los días el enfoque ahora está en lo que sigue. Por ello, fuimos en busca de la palabra de Mathías Calfani, líder de un cambio generacional en la selección de su país con la “ilusión de concretar la clasificación” en cada uno de sus pasos.

Vertiginoso, intenso y con hambre de gloria. Así podría definirse a Mathías Calfani quien, horas después de coronarse (una vez más) con San Lorenzo en la Liga Nacional Argentina, se puso a disposición de Marcelo Signorelli para un nuevo desafío con la selección de Uruguay.

Tras la victoria frente a Paraguay y la derrota ante Argentina, el interno expresó la siguiente reflexión: “Cumplimos el objetivo que nos habíamos planteado antes de comenzar esta última ventana. Al menos un partido teníamos que ganar. Sabíamos que el juego ante Paraguay iba a ser difícil y por supuesto que el de Argentina también. Pese a todo, creo que estos dos encuentros nos agarraron en el peor momento porque la gran mayoría de los jugadores hacía más de un mes que no tenía actividad o competencia con sus clubes. Pienso que eso nos pasó factura ante Argentina que estaba completa y con jugadores a gran ritmo. Al momento de jugarle de igual a igual a una potencia como esa realmente no nos alcanzó y derivó en una derrota abultada que no representa la diferencia entre un equipo y otro”.

Uruguay tuvo bajas significantes para estos partidos. Muchas de ellas en el perímetro con hombres claves como Granger y Barrera pero una sorpresiva como la de Esteban Batista: “Sin dudas que las bajas de nuestros compañeros por lesión la sufrimos bastante. Hay que tener en cuenta que son jugadores determinantes para nosotros. En nuestra mente las ausencias de Gustavo Barrera y Jayson Granger las teníamos asumidas, lo que sí nos agarró de improvisto fue la de Esteban Batista que se dio el día antes de viajar a Paraguay. Fue el golpe más difícil de asimilar. Pese a ello no nos excusamos en esos temas, confiamos mucho en los que estábamos, entrenamos muy duro y por suerte en Paraguay en base a una gran defensa pudimos lograrlo. Frente a Argentina no tuvimos chances de ganarlo en ningún momento”.

Este acierto y nueva forma de disputa para la clasificación a torneos internacionales ha favorecido en varios aspectos a la unión de la afición con su selección y eso Mathías lo quiso destacar: “Fue una derrota muy dura, eso es innegable. Igualmente estamos muy agradecidos por el apoyo que la gente le está brindando a la selección. Desde la sede de AmeriCup que se organizó en Montevideo el año pasado hasta los partidos que hemos jugado de local nos estamos acostumbrado a ver el Palacio Peñarol lleno de gente alentándonos y eso es muy importante para todos nosotros. Guardamos momentos muy emotivos. Sobre el cierre del partido ante Argentina en los instantes finales todo el público empezó a cantar por nosotros a alentarnos en un momento duro y eso nos llena de energía. Por un partido no podemos perder todo el trabajo que hemos realizado en un camino que incluso ha contado con un gran triunfo en Argentina jugando como visitantes. Eso la gente lo valora. Tenemos la ilusión y el sueño de concretar la clasificación”.

Calfani, fiel a su estilo, dio el máximo en un momento en donde su físico pedía descanso y así de autocrítico se manifestó al momento de hablar sobre su nivel: “No estaba en un buen momento, ni físico ni mental. Venía muy golpeado tras la temporada en San Lorenzo. De todas formas tenía muchas ganas de estar, de aportar lo mío desde cualquier lugar, sea anímico o basquetbolístico porque sabía que este cierre de la primera fase para nosotros era muy importante. Nos vamos tranquilos porque hemos dado todo y seguimos soñando con lograr el objetivo. Dí lo que tenía para ayudar a mi selección”.

Ahora el camino hacia China 2019 continúa y si bien son miles y miles los kilómetros que separan a Uruguay y del país asiático, el corazón de Calfani late para acercar cada vez más esa distancia. Uruguay se las verá con Estados Unidos, México y Puerto Rico: “Si esta fase fue difícil sabemos que la siguiente lo será aún más. Confío muchísimo en el trabajo y esfuerzo de cada compañero. Basta con ver cada sesión de entrenamiento, todos tirando para el mismo lado con mucho esfuerzo. Se vienen grandes selecciones en nuestro camino, quizás con mayor poderío individual y ahí es cuando nosotros colectivamente tenemos que responder. Nuestro sueño está intacto”.

Así, con esa frase que le da título a esta nota, con la firmeza en rostro y voz, Mathías Calfani invita a todos los uruguayos a soñar junto con él en retornar a un Mundial luego de 33 años.

Por Juan Pablo Taibo

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