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19/09/2018
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Fiesta y Baile en Formosa

FORMOSA (Clasificatorios de las Américas a la Copa del Mundo de Baloncesto FIBA 2019) - El seleccionado mayor argentino jugaba por primera vez en su historia en Formosa. Esa era una de las razones por las que la expectativa por conseguir un lugar en el Estadio Cincuentenario era tan alta. Por supuesto que ver de cerca a ídolos como Luis Scola o Facundo Campazzo valían la pena el esfuerzo. Los hinchas formoseños se acercaron masivamente a darle color y calor al conjunto nacional.

Pero no sólo llegaron fanáticos de la provincia anfitriona del duelo entre Argentina y Puerto Rico. También llegaron desde provincias cercanas. Como Franco, correntino de 16 años, emocionado por la oportunidad:” Es la primera vez que voy a ver en la cancha a la Selección. Juego el básquetbol y miro todos los partidos por televisión, pero nunca había tenido una posibilidad como esta”, explicaba el joven antes de ingresar al estadio.

En un marco de mucho público, que superó las cuatro mil personas, había algunos que se destacaban del espectador común. Lucas Victoriano, subcampeón mundial en Indianápolis 2002, comentaba antes del juego: “Me imagino estar en el vestuario antes del partido, tengo lindos recuerdos de cuando estaba en la Selección. La ilusión de jugar en tu país es muy grande. Estos chicos deben disfrutar de esto porque son pocas las oportunidades que tienen de mostrarse ante su gente.”. Por su parte, Palo Quinteros, medallista de bronce en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, indicaba: “Tengo sensaciones encontradas. Uno que lo vivió desde adentro sabe lo que significa ponerse esta camiseta y le gustaría estar, aunque también es muy gratificante poder disfrutar a estos jugadores desde afuera”.

La adrenalina crecía y ya con la entonación de los himnos el coro de voces se escuchó con una potencia impactante. El desarrollo de los primeros minutos del partido generó cierta tensión en el público porque si bien Argentina mostraba un muy buen nivel, no lograba despegarse de Puerto Rico a partir del aporte del incontrolable Barea.

Ya a partir del segundo parcial los hinchas se contagiaron del vuelo del equipo de Sergio Hernández y el estadio formoseño se transformó en una fiesta. El público celebraba la potencia de Deck y la puntería de Laprovittola. Entonces sí, ante cada conversión del conjunto local el griterío se hizo más fuerte.

El espectáculo de Rosco, la mascota característica del básquetbol argentino funcionó como entretenimiento para los descansos, especialmente el del entretiempo, en el que se lució con sus volcadas sensacionales.

En la segunda mitad del partido, el fervor bajó ya que la amplia diferencia conseguida por Argentina distendió a los hinchas, que ya elegían jugadas específicas para festejar. La clásica ola hizo levantar a todos de sus butacas como celebración anticipada cuando aún restaba tiempo en el reloj. Antes del final, los que se llevaron las mayores ovaciones al abandonar la cancha en los últimos minutos fueron Scola (con sus cuatro hijos como fanáticos principales) y Campazzo. Ya con el éxito consumado, el festejo fue de todos. Los jugadores abrazados en el centro de la cancha y los espectadores reconociéndolos con sus aplausos. Argentina dio un paso importante rumbo al Mundial y dibujó una sonrisa en una gran cantidad de hinchas que pudieron ver al seleccionado por primera vez en su casa.

Pero no solo sonrisas. También hubo lágrimas de emoción como las de María, formoseña de 23 años, quien comentó: “haber podido ver a este equipo en mi ciudad es de lo más lindo que me pasó en la vida”.

Pablo Cormick
FIBA