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30 agosto, 2014
14 septiembre
04/09/2014
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Los Tall Blacks de Vucinic dejan el corazón roto de los suomíes

BILBAO (FIBA Basketball World Cup) – Raramente un equipo que ha perdido los tres primeros partidos de una competición tan grande como la Copa del Mundo han conseguido recomponerse y avanzar a la siguiente ronda. Pero con Nenad Vucinic y sus Tall Blacks nada es imposible.

Los neozelandeses están muy cerca de conseguir una plaza en octavos de final y un billete para Barcelona con su triunfo sobre Finlandia por 67-65. Ahora sólo un milagro ucraniano en forma de triunfo sobre Estados Unidos puede evitar que los Kiwis se queden fuera. Nueva Zelanda puede acabar tercer si la República Dominicana vence a Turquía en el último partido,

“No esperamos que los milagros ocurran cada día. Hemos hecho lo que hemos podido. El resto no está en nuestras manos. Hemos conseguido lo que queríamos. No pienso que fue suerte, simplemente nos lo merecíamos”, reveló Vucinic que está en el banquillo del equipo por cuarto evento bandera de FIBA consecutivo. 


Tras el esfuerzo que hemos hecho venciendo a dos equipos distintos en dos días nadie podrá decir que es suerte. - Vucinic



Vucinic fue el asistente de Tab Baldwin en el Mundial FIBA 2002 en Indianapolis donde Nueva Zelanda alcanzó su cota más alta de su historia jugando las semifinales. Como anécdota queda que Henrik Dettman, el actual entrenador de Finlandia, estaba con Alemania, el equipo que les quitó la tercera plaza ese año.

Cuatro años más tarde, Vucinic fue de nuevo asistente de Baldwin en el Mundial FIBA 2006 DE Japón donde el equipo finalizó noveno. Vucinic tomó el cargo como entrenador jefe para el Mundial de 2010 donde los Tall Blacks alcanzaron los octavos.

“Nuestro objetivo era ganar. Y lo hemos conseguido. El resto de la historia está fuera de nuestro control. Nos preocuparemos de ellos cuando nos toquen”, añadió sobre la posibilidad de verse en octavos con su enemigo de zona Australia.

Por la caída de Finlandia también habló: “Es un fastidio que uno de nosotros nos tengamos que ir. Fue una experiencia fantástica para mi equipo jugar delante de una enorme afición apoyando al rival. Es una experiencia única, como si hubiésemos estado jugando en Finlandia”.

FIBA